Un día, cuando Jessica Pittman conducía por su ciudad, Gulfport, en Estados Unidos, vio que un hombre mayor aparcaba su vehículo a un lado de la carretera. Con curiosidad Jessica frenó y paró al lado del hombre, quien parecía estar vendiendo algo en el cruce. Pronto supo que el hombre se llamada Kenneth Smith, y con él estaba su esposa, Helen. Juntos vendían leña en el camino para poder pagar los gastos del hospital por el tratamiento que Helen recibía para su cáncer de pulmón. La pareja no podía pagar todas las caras medicinas y visitas médicas, así que Kenneth comenzó a cortar árboles en mal estado para sacar leña y luego intentar venderla. Un año después Jessica vio que Kenneth estaba en el mismo cruce vendiendo leña, pero su esposa no estaba con él. Kenneth le contó que Helen había fallecido hacía poco. Kenneth se había quedado devastado y con una gran deuda que pagar, por eso seguía vendiendo leña en el cruce, para poder pagar las facturas del hospital que todavía quedaban. No le quedaba otra opción que seguir allí, con el corazón partido y saludando a los automovilistas con la esperanza de que quisiesen comprarle algo. Con un nudo en la garganta, Jessica pensó que estaba obligada a hacer algo. Así que echó mano de Facebook para ver si podía hacer algo. Pero nadie, y menos Kenneth y Jessica, estaban preparados para lo que iba a pasar en las siguientes horas.
ESTO ES LO QUE JESSICA ESCRIBIÓ EN FACEBOOK:
”Si alguno necesitáis leña, compradle, por favor, a este increíble hombre de 80 años. Su nombre es Kenneth. Está en el cruce Carl Leggett con West Taylor Rd. En Gulfport, cerca de Bayou Bluff. Está allí todos los días unas cuantas horas. Un saco cuesta 5 dólares. La razón: Kenneth ya vendía leña allí el año pasado, entonces lo hacía con su dulce esposa, Helen. Lo hacía para poder pagar las facturas del hospital y medicinas de su mujer. Él me contó que su esposa, Helen, falleció hace unas semanas, pero que aún debe pagar algunas facturas del hospital. Se me parte el corazón cada vez que paso por donde suele estar y lo veo intentando atraer la atención de cada automóvil que pasa por allí. El viernes estuve yo en el cruce donde él se pone. Entonces un vehículo funerario pasó por allí, y Kenneth estuvo allí, alerta, con su sombrero de paja que esconde un gran corazón. Qué hombre tan fantástico. Resumiendo… Yo no puedo comprar toda su leña, pero si todos compramos un poco, podemos ayudar a este hombre. Su hijo ha comenzado una colecta para racaudar fondos para su padre. Aquí os dejo el enlace, si prefieres colaborar de esta forma en lugar de comprando leña. No sé cuánto le falta por pagar, pero he escuchado que gastaron todos sus ahorros para poder pagar el tratamiento de Helen”, cuenta Jessica. Su llamamiento ha provado reacciones en todo el país. Pronto muchas personas comenzaron a llegar hasta el cruce para comprar leña. ¡Y la colecta llegó a la increíble cantidad de 50.000 dólares! ¿No es fantástico lo que las personas podemos llegar a conseguir cuando nos unimos por un buen propósito? Un poco de ayuda a veces es suficiente para ayudar en un largo viaje.
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