Uno de los mitos más conocidos acerca del duelo que solemos hacer con personas fallecidas muy queridas es que el doliente debe retirar cuanto antes las pertenencias de la persona que ha fallecido. Podemos clasificar esta afirmación como un mito, puesto que no existe ningún estudio, investigación o indicio que indique que esto deberia estar mal, o hacernos daño, sin embargo, está muy extendida en nuestra sociedad.
La idea de que retirar pronto las pertenencias del fallecido va a acelerar el proceso de sanación parece muy aceptada, en un intento de “si no lo veo, no me duele”. Este mecanismo, humano, responde a una defensa y evitación del dolor. Sin embargo, lo que parece una ruta rápida a la sanación del dolor puede hacer que el proceso de duelo se complique.
Cuando retiramos precipitadamente las pertenencias del fallecido
Cuando tratamos en terapia casos de duelo , somos testigos constantemente de cómo evitar el dolor de forma continuada y actuar como si no hubiera pasado nada . Por un lado, a corto plazo parece que el dolor se atenúa, ya que el ser querido no tiene acceso al recuerdo constante del fallecido que conlleva ver sus cosas. Mientras, a largo plazo, y como cada persona e diferente y única en sus sentimientos y pensamientos, no sabremos si es mejor para nuestros sentimientos, eliminar pronto sus pertenencias o por el contrario guardarlas
Intentar hacer un cambio muy drástico en la casa o en la habitación tras la pérdida obliga indirectamente al doliente a estar bien, como si tuviera apuro aceptar y adaptarse a lo que ha ocurrido. Además, transforma artificialmente una situación que es dolorosa –en algo superficial que a largo plazo volverá a nuestra mente o corazón.
Cuando nos negamos a tocar las cosas de una persona fallecida
Los expertos llaman “momificación” al hecho de mantener absolutamente todas las pertenencias y habitaciones del fallecido igual que estaban cuando vivía éste. Es como si el doliente estuviese esperando su retorno y, por lo tanto, no está aceptando la realidad de la pérdida. La no aceptación muchas veces nos daña, nos lastima, por eso este tema debe tomarse con muchisimo respeto y con la ayuda de un medico profesional, además de que cada ser humano lo tomará de diferente manera.
si se trata de energias, se sabe que mantener objetos de una persona fallecida no colabora a las buenas energias, a los procesos de evolución, sino por el contrario hay que soltar, dejar ir, abrir caminos y no mantener reprimido ese ser o lo que quedó en este plano de ese ser tan querido.
Retirar las cosas precipitadamente o no retirarlas nunca complican los procesos de aceptación de la muerte y la expresión emocional .Ambas decisiones hacen que el doliente ponga en marcha mecanismos psicológicos que bloquean el transcurso del duelo normal. Puede ser que aparezcan la ansiedad y la angustia, que se reprima el llanto y el malestar, puesto que se obliga a la persona a estar bien, no sólo porque el cambio brusco obliga a empezar una nueva etapa sino también porque se anhela el regreso de la persona fallecida como si eso fuera algo normal,y probable
Cuándo recoger sus pertenencias y cómo hacerlo
En multitud de ocasiones nos referimos al duelo como un proceso individual y personal en el que cada uno atiende su dolor y va elaborando el proceso a su manera. Lo que va empedrando en parte el camino de cada doliente son las decisiones que va tomando con respecto a sí mismo, a lo que le rodea y a los acontecimientos que van teniendo lugar una vez que pase el tiempo.. Una de estas decisiones se refiere a qué hacer con las pertenencias del fallecido y cuándo hacer algo con ellas.
Mantenerse atento y conectado a lo que uno quiere hacer, a cómo quiere hacerlo y a cuándo está preparado o no para enfrentarse a ciertas circunstancias puede dar a cada doliente la clave de cuándo y de qué manera quiere afrontar esta situación. Con la certeza de que no hay ninguna prisa para emprender esta tarea ni hay tampoco una meta específica (como, por ejemplo, cambiarlo todo o retirar todo), el doliente puede pensar con tiempo cómo quiere hacerlo. Llevarlas a algún lugar, donarlas, venderlas, guardarlas o lo que se desee hacer
Pedir ayuda para organizar las pertenencias del difunto
Puede resultar útil compartir estos sentimientos con otros miembros de la familia, sondear qué quieren hacer ellos y quizá pedir ayuda para, por ejemplo, retirar ropa o cerrar algún perfil social. Son actos que indudablemente van a traer dolor, por lo que es de gran ayuda sentirse acompañados y poderlo compartir este procesoTampoco hay por qué hacer todo de vez: se puede ir organizando en días separados, o por fases, etc. Guardar ciertos objetos en una caja especial que podamos ver de vez en cuando, donar ropa o dejar en algún lugar visible otros puede ayudar a darle un sentido y a que el dolor de la pérdida se vaya drenando poco a poco.
Hay quienesdirán no lo hagas puesto que esto no cargacon buena energia, y hay quienes dicen haz lo que a ti te resulte más suave, liviano y desees hacer, Cada persona hará lo que su corazón le indique.
Solo que guardar objetos de una persona fallecida es un acto de mucho valor, coraje, amor, no soltar, no dejar ir, no desarraigo, que en algunas personas es favorable y en otras no,
si te gustó el contenido, compartelo asi podemos ayudar a mas personas que están pasando por esta situación dolorosa y dificíl
Comentarios